martes, 11 de junio de 2013

10. EXPLICACION SOBRE EL SUPER HOMBRE Y EL ETERNO RETORNO.

A continuación se explicara cual era la famosa concepción de Nietzsche sobre el Superhombre. El Superhombre según Friedrich Wilhelm Nietzsche, es una persona capaz de generar su propio sistema de valores identificando como bueno todo lo que procede de su genuina voluntad de poder. Este concepto parece proceder de la lectura de Nietzsche en la década de 1870 del ensayo "Der Einzige und sein Eigentum", publicado por Max Stirner en 1844. En 1874 Nietzsche prestó a su alumno, Baumgartner, la obra de Stirner, sacada de la Biblioteca de Basilea. Una de las ideas que ha defendido con mayor interés, es que los valores tradicionales representados por el cristianismo someten a las personas más débiles a una "moralidad esclava", que no provocan en ellos más que un estado de resignación y conformismo hacia todo lo que sucede a su alrededor. Para él, esos valores tienen que desaparecer para que aparezcan otros nuevos que representen su prototipo de hombre ideal, al que él mismo llamó superhombre. Combate la moral impuesta por las religiones e impulsa una moral que surja desde lo más profundo de las personas. Según Nietzsche, ese superhombre es seguro, independiente e individualista, y no se deja llevar por la multitud; al contrario de las personas débiles, que sólo se dejan llevar por las tradiciones y las reglas establecidas. «Escuchad y os diré lo que es el superhombre. El superhombre es el sentido de la tierra. Que vuestra voluntad diga: sea el superhombre el sentido de la tierra. ¡Yo os conjuro, hermanos míos, a que permanezcáis fieles al sentido de la tierra y no prestéis fe a los que os hablan de esperanzas ultraterrenas! Son destiladores de veneno, conscientes o inconscientes. Son despreciadores de la vida; llevan dentro de sí el germen de la muerte y están ellos mismos envenenados. La Tierra, está cansada de ellos: ¡muéranse pues de una vez!» Nietzsche. ETERNO RETORNO INTRODUCCION: Según este autor (Nietzsche, cfr. “El mito del eterno retorno”) fue el cristianismo el que rompió definitivamente con una concepción cíclica del tiempo introduciendo una historia lineal, con un principio: la creación ex – nihilo, un acontecimiento irrepetible y esencial: la redención, y un acabamiento: la segunda parusía narrada en el Apocalipsis. La historia así concebida tiene un finalidad, es una concepción teleológica del tiempo. Pero además, fíjate, la historia del mundo es una isla insignificante en el mar de la eternidad del que proceden y a el que van “las supuestas cosas eternas”. Este mundo queda así “desvalorizado”, puro tránsito sin peso. Para Nietzsche está claro: concebir así el tiempo y la historia es una flagrante infidelidad a la tierra en favor de ese imaginado “mundo verdadero” de la filosofía y el cristianismo. Y ahí radica su reivindicación del “eterno retorno”. El eterno retorno, es la consideración circular del tiempo. Todo lo que sucede volverá a suceder en un ciclo eterno. Supone transmutar la fugacidad del instante en eternidad, puesto que cada uno de los ahora de tu vida se repetirán eternamente. Significa, pues, una valorización de este mundo en continuo cambio sin recurrir a transmundos ideales (el propio Mircea Eliade dice que el eterno retorno de las culturas míticas supone una “valoración metafísica de la existencia humana”). Es un intento de negar la condición perecedera de lo real. Lo que realmente es “el instante que se desvanece” y esto es lo que realmente hay que amar. Amarlo como si fuera a repetirse hasta el infinito. Visto así, en el instante se anuda la eternidad. CONCLUSION: Nietzsche dijo que la idea del “eterno retorno de lo mismo” era su pensamiento más profundo. Su intención no es hacer una teoría de la evolución del universo, la cosmología le da igual. Su intención es puramente axiológica, moral: enfatizar sobre la importancia del momento presente dándole un carácter de inmortalidad: vive cada instante como si fuera a repetirse eternamente. Piensa que cada cosa que hagas con tu vida va a repetirse por siempre, tu dolor o tu risa resonarán por toda la eternidad. “Suponiendo que digamos sí a un solo instante, al hacerlo no es solamente a nosotros a lo que hemos dicho sí, sino a toda la existencia. Nada, en efecto, tiene consistencia por sí solo, ni en nosotros ni en las cosas; y si nuestra alma ha vibrado, como una cuerda, y resonado de felicidad una sola vez, entonces todas las eternidades eran necesarias para producir tal acontecimiento, y la eternidad toda entera queda, por ese instante único de nuestra aquiescencia, salvada, rescatada, justificada y aceptada.” (Fernando Savater: De la voluntad de poder.) Lo que ya ha sido, lo que “pasa”, el pasado, frente al cual la voluntad de poder, el superhombre se encontraban impotentes se convierte por obra del eterno retorno en futuro. Lo que sucede pierde la vacía frivolidad de lo que “no volverá”, se libera de la “insoportable levedad del ser”, adquiere peso, el peso de la eternidad sin dejar de ser tránsito.

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